lunes, 25 de marzo de 2013

REDEMPTION SONG

                                             FLIGHT                            por Leo Chubelich
 
Alguna vez, Robert Zemeckis hizo cine autoral fuerte, de presencia fresca y sentido del espectáculo (recordar las tres Volver al futuro, Forrest Gump o Náufrago). Después se entregó a todos los feísmos habidos y por haber de la tecnología de la captura de movimiento ( Beowülf, y olvidemos el resto ) y ahora vuelve a desembarcar en las películas con actores de carne y hueso con este drama / comedia , dado en llamar " El vuelo ", y protagonizado por Denzel Washington. Retrato de vicioso piloto de avión que logra aterrizar milagrosamente un avión, aunque las cosas no son ni tan heroicas ni tan claras, mucho más cuando una compleja investigación en torno al hecho revela aristas oscuras relacionadas con el consumo de estupefacientes y químicos por parte de su protagonista. Veamos; Zemeckis es, antes que nada, un estupendo conductor de actores, que sabe manejar la coyuntura cinematográfica para crear atmósferas ( al respecto, el accidente aéreo es un prodigio de descomunal tensión y espectacularidad ) y emociones variadas, de las que apuntan al alma de sus personajes. " El vuelo " es, asimismo, una película que se apoya sustancialmente en su protagonista ( tal como agudamente afirma Marcos Navarro en sú crítica ) Whip Whitaker, verdadera clase de actuación a cargo de Denzel Washington, que en esto de sumarle eslabones a su carrera actoral nunca la tuvo tan difícil. Borges decía que un hombre es sus circunstancias, y las de Whitaker son escandalosamente seductivas, verdadero desafío a la hora de cambiar el esquema de roles íntegros, probos y heroicos a que nos tenía acostumbrados el actor. Esta vez hay un personaje menos atareado por las palabras que por las acciones, que en el derrumbe de sus días tratará desesperadamente de asirse a una imagen pública que es pura impostura, reñida con la pintura privada de sus días de adicto. Para ello, no cederá un ápice en esa carrera infernal que implica llevar las cosas a fondo, incendiándose en una toxicofrenia feroz por la bebida que ruborizaría al mismísimo Bukowsky, que de estas cosas sabía y demasiado. Washington es como Ricardo Darín; capaz de moldear a un personaje ambiguo con innegable carisma y dotarlo de complejidades de carácter que hacen que el espectador pueda identificarse con sus decisiones, acompañarlo en el vía crucis que representa su recuperación y ese camino redentor, pisoteado una y otra vez, hasta el final. Para ello, Zemeckis incorpora a Harlington, un dealer interpretado por el enorme ( en todas sus acepciones, cuestión de tamaño, peso y calidad artística ) John Goodman, especie de " comic relief " tendiente a la suavización del drama a través de la humorada salvaje, y a un abogado interpretado por Don Cheadle, verdadero artista inmoral de la saliva y fiel ladero de las compañías aeronáuticas puestas en abismo a raíz del siniestro aéreo. " El vuelo " se alarga innecesariamente, más de dos horas interminables de registro, demorándose en subtramas innecesarias, como si no confiara del todo en sus personajes hechos a la medida del lado oscuro de la fuerza y necesitara imperiosamente disparar para el lado del tracto de autoayuda. Primeramente, incorpora a una heroinómana que en el amanecer de la película se insinúa como tabla de salvación del antihéroe, para luego descartarla en el atardecer del metraje, flaco favor para la interpretación de Kelly Reilly, resuelta a liberarse de su pasado y a la reeducación sentimental a través del amor de Whitaker; En segundo lugar, la trama, considerablemente volcada a los momentos aislados antes que a la totalidad , se alarga innecesariamente, y al respecto ¿ qué sentido tiene tratar de construir el vínculo padre / hijo cuando las posibilidades para penetrar en el núcleo duro de las relaciones familiares están prácticamente agotadas ? Son estas desinteligencias, que llevan a un moderado tedio, y una necesidad de edificar un relato-facsímil de " Náufrago " con el consecuente mensaje de reconversión de su protagonista, las que hacen de " El vuelo " un producto a medias. Al final, cuando el marco personal tenga que confrontar ineludiblemente con el marco ético de Whitaker, aparecerá el Denzel Washington que en algún momento fue conceptuado como un nuevo Sidney Poitier, ese amarrado a la nobleza de ánimo atravesada en la garganta y en esos ojos acuosos empañados por decir la verdad y nada más que la verdad.L. C.
 

jueves, 21 de marzo de 2013

LA CURIOSIDAD MATÓ AL GATO

                      SINISTER                por Leo Chubelich

Mientras miraba " Sinister " ( Scott Derrickson ) pensaba en " La noche del demonio " ( James Wan ), y en que hubo que esperar dos años para que el cine de terror volviera a parir una obra magistral. Volvamos en el tiempo, al querido artificio, que tantos recursos tiene el cine como el diablo caras, cosa bien demostrada por estas dos preciosuras que se apropian del núcleo duro del terror setentoso. " Sinister " es una película seca y dura, como esas que nos julepeaban en nuestra dorada juventud, escamoteándonos para, ironía mediante, darnos más. La película de Derrickson es un loop maldito: centralidad y circularidad del miedo. Abre con un plano perturbador de una familia ahorcada en un árbol, con sus integrantes moviendo espasmódicamente las piernas, mientras una gran rama se desprende y hace de palanca, elevándolos como si se tratase de una polea a una altura mayor. La escena es aterradora, y su porosidad mal emulsionada evidencia que se trata de un registro fílmico doméstico, algo que luego sabremos es el mítico formato Super-8. El Super-8 era pura evolución del soporte Doble 8, con película de idéntica anchura, pero cuya distribución entre película de área impresionada y perforación ( así como las diferencias de tamaño de ambas ) presentaba características diferentes. Pensado para el mercado doméstico, gozó de gran popularidad en la década del setenta hasta que los posteriores sistemas de registro de imágenes sobre cinta magnética ( comúnmente llamados video, otra antigualla ) lo hicieron desaparecer. " Sinister " utiliza el formato para crear imágenes sobrecogedoras, dosificando y diversificando el susto con el objeto de no shockear de buenas a primeras, construyendo un relato donde la tentación al horror o la pura mostración cede a la elegancia del fuera de campo característico del terror. Es en ese registro de emulsiones e imperfecciones técnicas donde la película logra sus mejores momentos, pura confianza en su finalidad de ir trabajando las atmósferas pacientemente hasta una resolución final terrible. Cada vez que su protagonista, un atribulado escritor de novelas policiales, encuentra una nueva película hogareña en su desván y la curiosidad mórbida se apodera de él, " Sinister " alcanza alturas prodigiosas en la ingeniería del " found footage ", recurso que le permite a Derrickson jugar al juego que mejor le sale: el de los asesinatos familiares sádicos supervisados por una criatura espectral pero sin la destrucción pornográfica del cuerpo tan afín a adefesios como la repugnante franquicia " El juego del miedo ". Cada vez que una atrocidad está a punto de estrellarse en nuestras pupilas, el film queda pausado en espacio " off ", puro espacio invisible que rodea lo visible, o en primerísimos planos al semblante conturbado del bueno de Ethan Hawke, nunca tan en peligro antes como en esta ocasión. Asimismo, la musicalización incidental nerviosa, de bajos en " reverb " y frecuencias mínimas, incomoda hasta lo paroxístico al espectador." Sinister " puebla bien los espacios caseros con oscuridad y luces mortecinas, apagadas, y es que las tinieblas son capaces de avanzar a la par de las obsesiones de su protagonista, tan preocupado por resolver el misterio como por abrir inconscientemente la caja de Pandora de la emulsión Kodachrome. La imagen de los niños haciendo " ssssssh " con los semblantes deformes de las entidades paranormales, la utilización de monstruos habitantes del formato Super-8 ( aquello que el espectador cree que existe fuera del encuadre basándose en la información de lo que ve dentro del cuadro ), la actuación magnífica de Ethan Hawke y la partitura incidental escalofriante y totalmente funcional a la trama, hacen de la película de Scott Derrickson pura arquitectura del miedo. Por último, si algo más hace interesante a " Sinister " es la persuasión de su protagonista en el logicismo, en el racionalismo investigativo, que lo emparenta con cualquiera de nosotros. La fábula sobre la relación entre los vivos y los muertos, que es un tema universal; la historia de un mal inasible, brutal, que nunca se fue de la casa; la curiosidad morbosa que nos repele y a la vez controla el pensamiento y el deseo de ver, son elementos que hacen al género. Y la frase " La curiosidad mató al gato " la resultante.  L. C.

CLICK AQUI PARA VER EL TRAILER         

La utilización de este enlace no persigue ningún fin comercial.

miércoles, 20 de marzo de 2013

EN PRIMERA CLASE

                                               FLIGHT                       Por Marcos Navarro
  
"El látigo" Whitaker (Denzel Washington), un experimentado piloto y capitán de una aerolínea, después de una noche de sexo, mucho alcohol y poco sueño, tiene que pilotear una avión de pasajeros con destino a Atlanta, además de lo ya mencionado, por la mañana, Whitaker consume cocaina para contrarrestar los efectos de la resaca. Una mala jugada del destino, lo posiciona en un jumbo que tiene un desperfecto mecánico en su cola junto antes del aterrizaje. "El látigo" realiza una maniobra inusual que ningún otro piloto podria haber logrado, y salva 96 de las 102 vidas a bordo. Para la opinión pública es un héroe, no para los investigadores que ven en segundo plano la hazaña de Whitaker y se centran en la cantidad de alcohol en la sangre del piloto al momento del vuelo. A partir de ese momento el personaje de Denzel comienza una lucha por no ir a prisión, pero fundamentalemnte, una lucha despiadada contra el mismo y su grave adicción al alcohol.
 
 
¿Como analizar la película independientemente de la brutal interpretación de Washington? Sinceramente me resulta difícil, ya que, sin quitarle crédito a la dirección de Robert Zemeckis, la performance de Denzel es fundamental en el dramatismo de la historia. En defensa del director, se puede decir que pese a ser una drama con todas las letras, en ningún momento el film se torna tedioso o reiterativo. Solamente, a modo personal, me desagradó mucho el golpe bajo de una escena en el hospital donde estaba alojado Withaker, en una conversación entre el piloto, una hermosa adicta, y un moribundo enfermo de cáncer.
Para finalizar, como reza el encabezado de esta entrada, podemos decir que con Denzel; Siempre viajamos en primera clase. M. N.
 
 



lunes, 18 de marzo de 2013

NADIE SE ATREVA A TOCAR A MI VIEJA

                         MAMA                 por Leo Chubelich

Apremiado por un contexto económico desfavorable, un hombre mata a su esposa y planea hacer lo mismo con sus dos pequeñas hijas, las hermanas Victoria y Lillly, a las cuáles lleva a una cabaña sórdida en medio de un bosque para cumplir con su cometido macabro y suicidarse, pero una presencia sobrenatural se lo impide y las niñas desaparecen de la escena misteriosamente. Tiempo después, cinco años para ser exactos, el tío sigue dilapidando recursos y dinero en la búsqueda. Hasta que, naturalmente, las chicas aparecen en estado salvaje e infrahumano. Luego de una ardua batalla judicial por la tenencia de las menores, ambas se van a vivir con el tío y su novia ( una extraordinaria Jessica Chastain, de pelo renegrido y actitud de bajista punk ), quienes deberán asumir la tarea de reeducarlas y readaptarlas socialmente. Claro está, las hermanitas han traído algo consigo que las domina, atemoriza, condiciona y trastorna: un personaje fantasmal que ejerce un férreo matriarcado sobre el botín infantil. El punto de partida de " Mama ", la película del argentino Andrés Muschietti, luce bastante absurdo, pero en los veinte minutos iniciales de metraje hay vocación por el manejo del fuera de campo ( el ABC de cualquier film de terror que se precie de serlo ) y una ominosa atmósfera trabajada a partir de la sustracción, de la oscuridad como centro nodal del cuento gótico. La equiparación de las hermanas a bestias cuadrúpedas como resultante del cautiverio salvaje y la compleja restauración de la sociabilidad y los lazos familiares liberan a la película de la cerrazón ridícula del guión y la motorizan al afán juguetón, al puro juego, alumbrando los mejores climas para el espectador y poniendo blanco sobre negro. Muschietti trabaja bien el miedo a partir de los estados alterados de las criaturas, reforzando en el núcleo del relato la inseguridad y la duda respecto del vínculo menores / adultos. En ese segmento, liberado de la lógica llena de costuras del guión, la película respira. Y todo fluye sin la presencia siniestra de la madre fantasmática, escamoteada hábilmente y concebida desde la invisibilidad subyacente y cierta. " Mama " , tal como indica esa placa inicial que reza " Había una vez ", es un cuento de hadas. Y como todo cuento presenta características implacables a considerar: la primera es que transcurre en un universo similar al del sueño, donde cualquier cosa es posible. La segunda es que narra la disolución de la inocencia o su triunfo en un mundo donde ha desaparecido. Muschietti, consciente de ello, maneja los climas con la iconografía mágica del cuento, y un buen ejemplo de ello es la montaña de carozos de las cerezas del inicio; sabe como gambetear los lugares comunes del género con una cámara virtuosa y maquillar los baches narrativos ( recordemos que este largometraje es la conquista extendida de ese corto que motivó que Guillermo del Toro confiase en sus servicios para esta producción ), agregando densidad dramática a través de la psicología de los personajes, la dinámica infantil y las cuestiones relacionadas con el aprendizaje de hacerse madre a los golpes. Porque " Mama " trata en el fondo sobre el derecho atávico de ser madre, aunque se trate de dos madres putativas puestas en el centro de la escena y disputándose la maternidad: una furibunda, alma en pena cruelmente extirpada de su condición biológica de gestante, que reclama a las crías mantenidas durante cinco largos años como modo de interpelar un dolor primario y la otra, obligada por las circunstancias de la orfandad, pero resuelta a construir esa identidad e imponer la ley que la ausencia del padre -desaparecido durante gran parte de la trama - veta. Porque la película de Muschietti es una película femenina, una pulseada amorosa ( cada una en ese darse dando del amor a su manera ) hasta el final y sin orden rector paterno. Claro, para que las cosas se desarrollen convincentemente hay tres topadoras todoterreno: Jessica Chastain, animal cinematográfico puro que se devora el cuadro con una interpretación arrolladora: contenida y llena de permisividad al principio cuando se ve presionada por el contexto a jugar a la madraza que nunca deseó ser, y desesperada en los tramos finales cuando la abducción es un mano a mano con la mismísima muerte, y las protagonistas infantiles Isabelle Nélisse y Megan Charpentier, perturbadoras y vulnerables por igual, pura inocencia magullada de niñez expósita. Ellas, sólo las mujeres, son las responsables de que " Mama " no se desmorone en la oquedad de un guión precario, apenas desembozado como anécdota. Una madre que llama al hijo siempre es un milagro, permítanme la sensiblería. L. C.

CLICK AQUI PARA VER EL TRAILER

jueves, 14 de marzo de 2013

...Y TU AMOR MI ENFERMEDAD

ANTIVIRAL  Por Leo Chubelich
 
La premisa argumental es así: en un tiempo distópico, laboratorios corporativos ofrecen a los fanáticos la posibilidad de adquirir las enfermedades que padecen sus celebridades favoritas a los fines de sufrirlas, inoculación mediante, en carne propia. Syd March, su protagonista, es un técnico laboratorista que trafica algunos virus en su propio cuerpo a fin de venderlos en el mercado negro, pero cuando se contagia una nueva enfermedad no testeada, su negocio deviene pesadilla de supervivencia. La película de marras es " Antiviral " y presenta un plus: es el primer opus cinematográfico de Brandon Cronenberg. Y hay que decir que Brandon se aprendió al dedillo las mañas de su progenitor, especialmente las relacionadas con la producción fílmica más perturbadora de papá David, aquella preñada de delirios más cientificistas ( léase Existenz ) y menos mainstream de este presente. Debo agregar que el padre de Brandon es nada más y nada menos que el gran David Cronenberg?
Hechas las presentaciones de rigor, " Antiviral " ofrece interiores asépticos e impolutos ( esa abominable blancura hospitalaria que es leit motiv de indiferenciación generalizada en toda la película ), hi tech en monocromo que concilia pánico y atracción erótica suicida hacia la autodestrucción por imperativo de la fama ( la fama es, en términos del film, una gracia antojadiza que no reviste ninguna de las particularidades del talento: se es famoso o no, y en ese dictamen tiene especial incidencia la prensa rosa ), prescindencia de las emociones primarias en un tejido social desafectado de todo nervio sentimental y un protagonista ( Caleb Landry Jones ) andrógino, viral, anémico, que es descenso patológico y afán de aferrarse a las urgencias de la vida, pulseada entre lo cadavérico y lo vital, que lleva a la película por subtramas conspirativas menos interesantes. Es en la figura de su protagonista donde " Antiviral " se agiganta: ver su degradación física desde los primeros instantes, esas conversaciones maquinales que son dialecto de alusiones de pandemias conspicuas con otros empleados de la empresa, lo cual refiere inmediatamente a los favoritismos monotemáticos de una intelectualidad enferma, y los tramos finales donde el derrumbe se hace inminente y la trama se enrosca, volviéndose submundo delincuencial de explotación, concilia el espanto. En " Antiviral " no hay presencia del aparato represor del estado; a no ser por una discusión televisiva acerca de las implicancias morales del accionar de los laboratorios, cada palabra, cada hecho y cada acción es significante de la impunidad empresarial. El límite difuso entre la legalidad y lo delictivo se corre totalmente cuando la película se adentra en la clandestinidad de las redes mafiosas paralelas, empeñadas en las ganancias lucrativas y en el borramiento de todo sesgo humano, un poco más allá de las compañías oficiales. Todo es farmacéutica de la enfermedad, como esos bistecs de células célebres cultivadas que permiten a los consumidores devorarse a sus artistas predilectos. El film de Brandon Cronenberg es confuso en varios tramos, se pierde en primerísimos planos de agujas horadando la carne en la búsqueda de un gore qualité ( si es que ello pudiese existir ) y parece un borrador de ese conceptualismo quirúrgico llevado a la práctica tan eficientemente por papá David, pero en el vía crucis de Syd March, sus propósitos de hacer dinero pateando el tablero del grupo de pertenencia empresarial y la fascinación morbosa por los objetos de deseo y consumo de la sociedad, la posterior caída y el renacimiento ( otra carnadura del cadáver normalizado del inicio ) ejecutivo en la competencia; en la belleza enferma de los tulipanes rayados y en el endiosamiento de las celebridades gélidas como altivas estatuarias, distantes y militantes de la oquedad; incluso en sus imperfecciones y rémora narrativa, deja bien sentado el desafío de incomodar al espectador. Habrá que ver ahora si Brandon puede despegarse de las marcas autorales de don David, cuyo fantasma de " remedio sin receta y tu amor mi enfermedad " recorre la película sin pudor y disimulo. Si Brandon Cronenberg es un cineasta a ser considerado a futuro ( o si se queda en ese lote de hijos viviendo autoralmente a la sombra de sus padres, como sucede con Jennifer Lynch, siempre unos peldaños por debajo del gran David Lynch ) es un misterio cifrado en la próxima obra, esa que está por venir.