viernes, 17 de agosto de 2012

LA NUEVA CIENCIA FICCIÓN

                     PROMETEO  Por Leonardo Chubelich 

Entre tanta distopía, presente ligeramente desplazado o fábula futurista con elementos tomados de la realidad y llevados a la hipérbole se nos ha ido la ciencia ficción de los últimos años. Es por eso que "Prometeo", la última película de Ridley Scott (que tantas veces ha sido patoteado como el hermano solemne y pretencioso de Tony), es un retorno a las raíces del género en su estado más puro,...es decir, aquel que se sustancia en las manipulaciones genéticas y en el accionar humano de laboratorio como suma de todos los males. Scott retoma la mitología de ese engendro pringoso, con cabeza de periscopio invertido, llamado Alien, y filma una precuela ciñéndose una vez más al barroquismo victoriano de H. R. Giger y sus diseños, pero sin agotar ese stock en la aparición del mítico monstruo. En "Prometeo" hay un grupo de elegidos que, ante la aparición en la Tierra de una serie de pinturas rupestres que parecen ser claros indicadores de que la vida humana pudo haberse originado en un planeta remoto, es encomendado para viajar hacia esa galaxia recóndita en la nave a la que alude el nombre de la película, bajo la estrecha supervisión financiera de un mecenas multimillonario del cual la película brinda detalles, en grageas y aquí y allá, manteniendo el suspenso hasta los tramos finales.De dónde venimos? ¿Somos el cultivo de una raza extraterrestre? y demás cuestiones existencialistas más interiores asépticos, plasmados a pura santidad lucífera, parecen llevar la película al estilo Kubrick, pero las divagaciones filosóficas y los planteos metafísicos, afortunadamente, nunca le ganan la pulseada al espectáculo. "Prometeo" deslumbra en el diseño no como proeza tecnológica sino pictórica (los paisajes islandeses, terrestres pero no familiares, que abren el film son sobrecogedores e inquietantes en la épica propuesta), y en el manejo del terror no alimentado de efectismos sino pensado desde la construcción meticulosa y detallada de las atmósferas, que por otro lado adquieren fuerza en la imprevisibilidad de un mundo aterrador, pura " terra incognita " desprovista de taras humanas. " Prometeo ", con el autoplagio de sus androides glamorosos y sospechosos, con sus criaturas -las humanas y las otras- , con su escena de "cesárea express" y su protagonista Naomi Rapace à la Ripley, es LA película de ciencia ficción pura, sin aditivos, del nuevo milenio. L.C.


La utilización de este enlace no persigue ningun fin comercial.

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